Ante problemas de la magnitud y complejidad a los que se enfrenta actualmente la humanidad (los retos globales del siglo XXI, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la injusticia social a todas las escalas, las amenazas a nuestra democracia), y teniendo en cuenta el bajo nivel de concienciación y conocimiento sobre estos problemas entre el público en general, lo lógico sería empezar por explicar cuáles son estos problemas, antes de buscar soluciones concretas. Este es el propósito de muchas campañas de información y concienciación realizadas tanto por instituciones oficiales (por ejemplo, la Comisión Europea) como por activistas (por ejemplo, Extinction Rebellion).
A pesar de ello, la Cooperativa CosmoPolitical parte de la recomendación de acciones concretas que aborden problemas específicos, y del desarrollo de muchas otras acciones de este tipo, a todas las escalas, que contribuyan todas ellas a la consecución de un proyecto social detallado y concreto a largo plazo, la Sociedad del Acuerdo.
La razón de que nos centremos en soluciones concretas que permitan a las personas actuar de acuerdo con la sostenibilidad medioambiental, la justicia social y la democracia, en lugar de explicarles por qué deben hacerlo, se debe a varias razones.
Una de ellas es que estas campañas de información y concienciación ya las realizan otros. Otra es que parecen ser en gran medida ineficaces: la información sobre el cambio climático existe desde hace décadas y, sin embargo, en 2023, un sorprendente 29% de los ciudadanos alemanes, un 37% de los austriacos y un 53% de los estonios siguen creyendo que el cambio climático es sólo un problema "bastante grave" o incluso "no grave" (véase el informe Eurobarómetro 2023 sobre el cambio climático, p. 24). Además, los resultados de las campañas de información parecen ser extremadamente inestables y susceptibles de sufrir grandes cambios a corto plazo (mientras que cabría esperar que las pruebas científicas se abrieran paso progresivamente en la sociedad convenciendo de forma concluyente a la gente): el porcentaje de personas que creen que el cambio climático es un problema "grave" disminuyó 18 puntos porcentuales en Estonia y 16 puntos en Chequia en tan solo dos años (2021-2023).
Nuestra interpretación de por qué las campañas de información y sensibilización son ineficaces tiene su origen en un fenómeno psicológico conocido como disonancia cognitiva. Cuando las acciones y las creencias de una persona no coinciden, se crea una tensión difícil de soportar. La investigación demuestra que hay dos vías para restablecer esta coherencia, y sólo dos:
- alinear la acción con las creencias. Esto es lo que se espera cuando las personas conciencian e informan sobre la situación en la que nos encontramos;
- alinear las creencias con las acciones, en forma de negación, minimización o autojustificación. Esto es lo que ocurre cuando la persona siente (conscientemente o no) que está atrapada en un patrón de acción que no puede cambiar (por ejemplo, utilizar el coche para desplazarse cuando se vive en una zona rural sin transporte público disponible). Esta última vía puede parecer absurda e ilógica (racionalmente, lo es), pero la experiencia demuestra que se utiliza, y mucho. Creemos que esta es la razón principal del negacionismo climático (además de la acción perversa de los grupos de presión de los combustibles fósiles y su control de las redes sociales).
Por eso proporcionamos herramientas y métodos concretos para que la gente cambie sus prácticas y exijalos a nivel colectivo (en el lugar de trabajo o en la vida pública). Creemos que las personas cambiarán sus creencias cuando hayan cambiado, o sepan que tienen la capacidad de cambiar, sus acciones. Esto ya está ocurriendo: la encuesta del EuroBarómetro de 2023 muestra (p.25) que el 84% de las personas que han tomado al menos una medida contra el cambio climático creen que es un problema muy grave, mientras que sólo el 64% de los que no han hecho nada comparten esa creencia.