En esta ficha práctica aprenderé cómo hacer que mi alimentación sea más sostenible, por qué y qué otras condiciones deben cumplir para que yo pueda mantenerla a largo plazo.
¿Por qué debería reducir el impacto medioambiental de mi alimentación?
Alimentación representa actualmente alrededor del 32% de los impactos que el consumo realizado en la Unión Europea tiene sobre el cambio climático, convirtiéndose en el mayor emisor, por delante de la vivienda y la movilidad. También representa más del 70% de los impactos del consumo de la UE en el uso del suelo y en la eutrofización de la tierra y el agua (la eutrofización es la muerte de seres vivos en el agua por la presencia excesiva de fertilizantes) [fuente: Informe del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (CCI) sobre el impacto medioambiental del consumo en la UE, 2019], y el 45% de los impactos del consumo en la pérdida de biodiversidad [fuente:Informe político del CCI sobre la huella de consumo, 2021].
De todas las áreas de consumo (alimentación, movilidad, vivienda, productos domésticos y electrodomésticos), la alimentación es aquella en la que las posibilidades de acción individual son mayores. Cada uno de nosotros puede, a través de acciones sencillas y cotidianas, reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto sobre la pérdida de biodiversidad de nuestra alimentación, y contribuir así, a nuestro propio nivel, a alcanzar nuestro objetivo estratégico en Europa: neutralidad climatica y no pérdida de biodiversidad en 2050.
¿Qué categorías de alimentos debo consumir menos (o incluso nada) para que mi dieta alimentaria sea sostenible?
Para responder a esto, debería considerar el siguiente gráfico, que muestra el impacto climático del consumo alimentario medio de un ciudadano francés, basado en las cantidades medias consumidas por un ciudadano francés al año de cada categoría de productos alimentarios [fuente: estudios
de France Agrimer sobre el consumo de alimentos] y en las emisiones medias de gases de efecto invernadero por kg de productos alimentarios [fuente: base de datos en línea de la agencia francesa de medio ambiente Ademe].
"Comido por placer" abarca una gama de productos de moderada a fuertemente adictivos, con efectos neutros o negativos para la salud:
- Bebidas alcohólicas;
- Bebidas frías no alcohólicas (refrescos, agua embotellada, zumos de frutas);
- Bebidas calientes (café, té);
- Dulces (azúcar, edulcorantes, confitería, bollería, helados, chocolate, galletas).
Las cinco categorías de alimentos que generan la mayor proporción de emisiones de gases de efecto invernadero en la dieta media de los franceses son Carne de rumiantes, Comido por placer, Productos lácteos, Cerdo y Marisco, que en conjunto representan el 85,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Son las categorías de alimentos que deberían reducirse o incluso prohibirse en una dieta alimentaria sostenible.
Por el contrario, las restantes categorías de alimentos Aves de corral, Frutas, verduras, hierbas aromáticas, Almidones, proteínas y grasas vegetales y Huevos, sólo representan el 13,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la dieta media francesa. Deberían constituir el grueso de una dieta alimentaria sostenible.
¿Qué otras características deberían tener mis alimentos, más allá de la sostenibilidad medioambiental?
Reducir o suprimir algunas categorías de alimentos en la dieta y aumentar la proporción de otras puede parecer sencillo. Pero no lo es.
Para que pueda mantener a largo plazo mi nueva dieta respetuosa con el medio ambiente, ésta debe reunir también las siguientes características:
- equilibrada en términos de ingesta nutricional (macronutrientes como carbohidratos, proteínas y grasas, y micronutrientes como calcio, yodo, vitaminas y, en particular, vitamina B12). Si no lo es, pronto lo dejaré porque me sentiré permanentemente agotado y hambriento, ganando peso y acumulando problemas de salud;
- Mi comida debe ser disfrutable y agradable de comer, con un buen sabor y ricos aromas. Si no, abandonaré por aburrimiento y por la sensación de estar castigado todo el tiempo;
- Mi presupuesto para comida debe mantenerse bajo control, por razones económicas obvias;
- Mi preparación de alimentos debe seguir siendo manejable en el tiempo de que dispongo para ello.
Conseguir esto no es difícil, pero requiere que adquiera nuevas competencias. Puedo adquirirlas gratuitamente en la plataforma de aprendizaje en línea de la Cooperativa CosmoPolítica aqui.