¿Por qué no se unen a una organización política ya existente?

Dada la magnitud de la tarea que nos ocupa, parecería más sencillo unirse a una organización política existente compatible con nuestras intenciones.

Sin embargo, optamos por crear una organización autónoma, con capacidad para actuar directamente en el ámbito político, por las siguientes razones.

Las organizaciones políticas existentes, en el espectro progresivo correspondiente a nuestras aspiraciones, no satisfacen la necesidad:

  • por razones doctrinales:

    • la izquierda radical percibe la necesidad de la intervención pública, y no duda en cuestionar, si es necesario radicalmente, el orden social y económico existente. Esto está en consonancia con nuestro enfoque. Por otro lado, se define sobre todo como crítica, anticapitalista y, cada vez más, hostil a la globalización (olvidando así su posición tradicionalmente internacionalista). Esta postura negativamente definida los hace incapaces de formular alternativas y de ejercer responsabilidades gubernamentales. La hostilidad a la globalización, combinada con la ilusión de una posibilidad de acción a nivel nacional, a menudo conduce a una deriva hacia un sabor nacional de socialismo que es cada vez más difícil de distinguir de su versión derechista;

    • la socialdemocracia tiene una tradición universalista y responsable, que apunta a la justicia social a través de una reforma gradual. Su desventaja es haber estado basada en la promesa de prosperidad material para todos, basada en la distribución de los frutos del crecimiento y de las ganancias de productividad, sin querer cuestionar la propiedad existente ni los fundamentos de la sociedad. Su modelo ha estado en grave crisis desde que el crecimiento material ha desaparecido. En su opinión, las limitaciones medioambientales son secundarias: la socialdemocracia da prioridad sistemática a las preocupaciones de empleo a corto plazo y se niega a renunciar a la perspectiva de un crecimiento permanente;

    • La ecología política se toma en serio las limitaciones ambientales y está a la vanguardia de la demanda de acciones radicales para reducir nuestro impacto en la bio- y la geosfera. Por otro lado, sufre de hostilidad hacia la industria y hacia cualquier sistema grande. Su preferencia por lo pequeño y lo local la hace ciega ante el gran problema de coordinación de estas acciones descentralizadas y de los comportamientos libres. Además, tiene la ilusión de que una comunidad elitista de ascensos virtuosos que evoluciona por separado del resto de la sociedad tiene la capacidad de liderar sólo con el ejemplo, y no percibe la realidad de la cuestión social más allá de la cuestión de la discriminación basada en la genética (género, color de la piel, orientación sexual);

    • los demócratas liberales dicen ser progresistas. Su apoyo entusiasta al crecimiento económico a través de la explotación permanente de nuevas oportunidades, con el apoyo de boquilla a las consecuencias ambientales y sociales de este modelo, los hace mal equipados para emprender las profundas reformas que estamos llevando a cabo.

  • por razones de organización y de democracia interna:

    • todas las familias políticas tradicionales operan a escala europea en forma de federaciones de partidos políticos nacionales, en las que la fuente de legitimidad y de financiación es nacional. El nivel europeo está sujeto al acuerdo entre los partidos nacionales y reproduce las mismas características de impotencia y opacidad que los organismos intergubernamentales de la Unión Europea (Consejo de la UE y Consejo Europeo). Esta fragmentación en entidades políticas nacionales autónomas se encuentra incluso en formaciones políticas recientes que se habían construido sobre la promesa de una operación paneuropea;

    • su organización interna oscila entre dos modalidades de negación de la democracia interna: (1) reglas hechas para silenciar o hacer ineficaz cualquier desacuerdo, o (2) una ausencia de reglas que conduzcan a la toma del poder por una pequeña camarilla fuertemente coordinada entre sus miembros. Esto hace extremadamente difícil, y de hecho imposible, transformar estas organizaciones desde dentro.

Estas características son, por supuesto, estilizadas y pueden ser contradichas por las posiciones expresadas por ciertas personalidades. Sin embargo, nos parece que representan los fundamentos a los que se refieren estos Grupos políticos en tiempos de crisis, y que definen sus opciones entre prioridades cuando estas entran en conflicto. Observamos que ninguna de las formaciones políticas existentes combina nuestras ambiciones de reformas radicales en términos de justicia social, sostenibilidad medioambiental y democracia paneuropea, ni el rigor de nuestras demandas y recursos para la democracia interna a la misma escala paneuropea.

Hemos intentado, de buena fe y con gran energía, hacer nuestra contribución doctrinal y organizativa a las organizaciones políticas existentes o emergentes. En vano. Los fundamentos ideológicos y los principios organizativos (o la falta de organización) son casi irreversibles. Por eso estamos creando la Cooperativa CosmoPolítica como una organización política autónoma.